Era un día soleado en el mes de Julio cuando de pronto me desperté después de haber estudiado duro, me encontré tirado en el suelo de mi habitación y cuando me levanté fui al baño, me miré al espejo y vi que me había convertido en un ser extraño con apariencia de lobo, el cuerpo me pesaba, me había crecido el bello y las uñas me crecieron de forma exagerada.
Al salir a la calle intentaba esconderme para que la gente no me viera, pero al ser de gran tamaño era imposible, los coches que pasaban y las madres que paseaban por el parque con sus hijos me miraban de una forma extraña y yo lo pasaba muy mal. Mis padres no me aceptaban y me echaron de casa.
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