domingo, 22 de noviembre de 2015

CARTA A UN TERRORISTA


Canena, 16 de noviembre de 2015.

Desconocido terrorista:
Te escribo esta carta para decirte que no es justo lo que estás haciendo. No entiendo cómo puedes tener tanto odio dentro de ti. Matando a personas inocentes no vas a conseguir nada, sembrarás odio, sufrimiento y terror. Cómo puedes pensar que matando a  los demás, e incluso a ti mismo podrás estar en  el paraíso. Ninguna religión pide matar a las personas de otra religión, ni a los de tu  misma religión porque piensen diferente. Hay que tener libertad para elegir pertenecer a una  o a otra, y para expresar tus sentimientos y decidir lo que quieres hacer. Te aconsejo que si no puedes salir de esa locura de secta en la que estás metido, deberías pedir ayuda a un psiquiatra para que con un buen tratamiento consigas ver la vida como una persona civilizada. Ojalá esta carta sirva para algo y te des cuenta de que en cierto modo estás enfermo y necesitas ayuda.
Espero que pronto pongáis fin a esta barbarie.

Fdo.:
María Luisa Cobo Fernández.


P. D.: Se me ha olvidado decirte que mientras no tengáis arrepentimiento no tendréis perdón.

Carta a un terrorista.

16 de noviembre de 2015
 Estimado terrorista:
 Quiero pedirte que no mates a más personas, podemos convivir todas las personas con nuestras religiones diferentes, esto nos hace un mundo más rico en cultura. No hace falta matar para obligar a la gente a practicar tu religión, todos tenemos derecho a elegir una religión o no creer en ninguna, pero hay que respetarlo.
 También quería pedirte que trataras a las mujeres y niñas de vuestra religión, igual que a los hombres y niños, y dejarlas opinar sobre lo que piensan, porque os pueden ayudar a mejorar, por ejemplo: las mujeres no tienen porque ir tan tapadas, ni vestir de negro, en resumidas cuentas os pido igualdad de género.
 También que respetéis a los hombres que quieren a hombres, y a las mujeres que quieren a mujeres, a las personas de otro color...
 No os pido que practiquéis otra religión, si no que no seáis tan radicales, podéis seguir sin comer cerdo..., pero no matar a personas por vuestra religión, no creo que a vuestro Dios le parezca bien.

 Espero que me hagáis caso, un cordial saludo. 
                                                                                                       

                                                                                                                      Antoñita Godoy Arévalo.