Este año, ha llegado el
final de curso tan pronto que casi tengo la sensación de que no hemos acabado y
el lunes volveré a ver vuestras caras atentas (casi siempre), deseando que
aprendamos juntos un día más. Eso no será ya posible y caminaréis una larga senda…cada
cual la suya, con autonomía, con independencia y criterio propio.
Sentimientos confusos se
agolpan en mi garganta mientras pienso en vosotros: por una parte, la tristeza
de perderos; por otra, la satisfacción de que sigáis adelante cargados de tan
buenos sentimientos y tanta nobleza como tenéis.
No os quepa duda de que los
logros alcanzados los hemos conseguido entre todos y todas. Os miro, y me gusta
lo que veo en cada una de vuestras diecinueve caras. En este tiempo junto hemos hecho un buen trabajo los veinte y
estoy segura de que llegaréis a donde queráis.
Hemos pasado juntos dos
cortos años que nunca olvidaré: anécdotas tenemos un montón, sonrisas que me
han dado la vida,… miradas irrepetibles.
En lo que a mí concierne, ha
sido un lujo teneros en clase y de no haber tenido vocación de maestra, me la
hubierais despertado vosotros con vuestro afán, con vuestros conflictos que
habéis sabido solucionar generosamente,
aprendiendo siempre; bien me lo habéis demostrado.
Os echaré mucho de menos.
Vendrán otros y otras que dejarán su huella… el tiempo se llevará vuestros
nombres, pero nada ni nadie borrará nunca el cariño que os tengo .
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