Escultura de Alejandro Magno |
El uso del verso alejandrino fue introducido en la Península Ibérica tras la reforma eclesiástica de principios de este siglo, sobre todo en el reino de Castilla y León. El clero lo usó principalmente en sus poesías.
Un ejemplo del verso alejandrino es la "Sonatina" de Rubén Darío que comienza así:
La princesa está triste… ¿qué tendrá la princesa?
Los suspiros se escapan de su boca se fresa,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
La princesa está pálida en su silla de oro,
está mudo el teclado de su clave sonoro,
y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.
está mudo el teclado de su clave sonoro,
y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.
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