María Luisa más que ser premiada, nos homenajeó con la lectura de su historia del niño Carlos, capaz de alegrar la vida a un grupo de ancianos y de reivindicar para ellos un espacio que compartir.
En los tiempos que corren, donde el individualismo, la competitividad, la avaricia y el ansia de poder son predominantes; este tipo de premios adquiere un valor particular y trae un poco de aire fresco a un ambiente tan enrarecido.
Tan importante como el premio de María Luisa, son el resto de historias solidarias que se escribieron en 2º de ESO y que con mayor o menor acierto en su redacción, nos hicieron detenernos un momento en las cosas que podemos transformar a nuestro alrededor para hacer la vida más fácil a los que nos rodean.
Toda esa humanidad de vuestras historias está dentro de vosotros y es lo mejor que tenéis. Me siento orgullosa. ¡Cultivadla y conseguiremos un mundo mejor!
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