sábado, 12 de enero de 2013

Los trapos sucios


Este libro es uno de mis preferidos, es de Manolito Gafotas.
Manolito cuenta su vida, como el cumpleaños del Imbécil , se gastaron más en los regalos del Imbécil que en los suyos, pero que también había que tener en cuenta que el cumpleaños de Manolito era en agosto y sus amigos no podían ir porque estaban de vacaciones.
Un día en la escuela Manolito y sus amigos hicieron unos payasetes hechos con bolitas de papel, para el día de la madre, a Manolito le quedó muy bien.
Pero cuando Manolito volvió a su casa escuchó a su madre y a la Luisa que se estaban riendo mucho y decían que a ver que regalo le trae este año Manolito, que vaya con los regalos tan feos que le regala y aquel año cuando hizo un iglú tuvo que ponerlo en el mueble-bar para que lo viera todo el mundo y le tuvo que decir que lo pusiera en el váter para que le Imbécil no lo rompiera. Entonces Manolito subió a su casa llorando y rompió el payasete en mil pedazos, y su madre le dijo que estaba muy bien y lo pegó con pegamento todo el payasete.
También cuenta aquel día que el padre de Manolito llamó por teléfono como todos los días y le dijo a Manolito que le iba a llevar un regalo, Manolito pensaba que el regalo que su padre le iba a llevar era un perro y se lo dijo a todos sus amigos, cuando su padre llegó Manolito y el Imbécil lo esperaban en la acera del piso y luego resultaba que no era un perro sino un conejo. Manolito se llevó una gran decepción porque le tenía que decir a todos sus amigos que no era un perro sino un conejo y se iban a reír todos de él incluido Yihad. Al conejo le pusieron el nombre de Cobejo, creció y empezó a roer las patas de los muebles, y un día el Cobejo desapareció. Manolito y el Imbécil lo buscaron pero no apareció. El día más importante de la familia García Moreno hicieron una fiesta la más importante, y su madre hizo arroz con conejo y ninguno de la familia quería comer porque le recordaba a su conejo.
Lo más gracioso es cuando Manolito se puso enfermo y su madre le tenía que llevar todos los días el desayuno a su cama, y su padre un día que vino del trabajo, fue a ver a Manolito y se pusieron los dos enfermos a caso hecho.
Cuando Manolito se puso bueno volvió a la escuela.
Este libro es muy gracioso y divertido.
 












Encarni

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