Nada
me hace temblar como tu roce,
soy un volcán cuando tú me acaricias.
Pero vas
con otro por avaricia,
mi rabia todavía no conoces.
Aquí acaba, no importa que solloces.
Yo
solo aplico algo de justicia.
Tú de mí, solo mis oros codicias.
Espero que más vidas no destroces.
En
otra relación estoy entrando,
y
parece que voy por buen camino.
Yo
de tus garras estoy escapando.
Vete
ya con el de pelo albino,
Porque
mi corazón estás matando.
Esto
fue por un amor repentino.
Daniel
González Lechuga
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