domingo, 13 de octubre de 2019

María Ramírez Godoy


                                                                                                                 Berlín, 16 de agosto de 1492. 
Querido padre:
He leído tu carta, ahora mismo estoy en un campo de concentración, a un guardia le daba pena de mí y me trae comida y agua. Un día le dije que si podía escribirle una carta a mi familia y me dijo que sí y aquí estoy escribiéndote esta carta.
Dile a mamá que se mejore y que no se preocupe por mí. Esto no es tan malo como dicen, tenemos un rato para descansar, mis compañeros son muy buenos, no paso hambre gracias a mi amigo el guardia y tampoco estamos pasando tanto frío.
Seguro que salgo de aquí pronto, antes de lo que os imaginéis. Dentro de poco haremos ese viaje que tenemos pendiente con toda la familia. Queridos padres,  tranquilos que ya mismo nos veremos.
Besos queridos padres.
Vuestro hijo, Arno.

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