El
aspecto de Leonor ciertamente era un tanto tranquilo y acaso podía
impresionar a la gente veía este retrato por la tranquilidad que
transmitía.
Era
alta, flaca, no se podía decir si era jugadora de baloncesto o una
mujer normal. Tenía el pelo estropajado, negro como la hematita y
con el aspecto de nunca estar alterada. Tenía unos ojos achinados,
una ropa vieja y una risa confusa.
Su
cejas eran pequeñas y estaban despobladas.
Por lo visto le gustaba mucho salir al exterior.
Esta
obra es propia del pintor renacentista, Leonardo da Vinci y se
encuentra en el Museo del Louvre (París, Francia).
El cuadro está protegido por múltiples sistemas de seguridad y
ambientado a temperatura estable para su preservación óptima.
Además es revisado constantemente para verificar y prevenir su
deterioro.
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