Se
escogerá un terreno, no ante la montaña, pero cerca,
con
lluvias del Este, vientos y calor.
Deberá
ser pequeño -dos áreas al menos-
y
poblado de rosales y matorrales.
Lo
importante es que haya pantanos con aguas transparentes y, olor a
gloria y vida.
También
debe haber árboles sacudidos
por
el viento de la alta montaña, y miles de
pájaros
que lleguen en los días soleados.
La
mansión será pequeña, moderna y encantadora,
con
acceso difícil, y siempre abierta para el invitado.
Cada
invitado tendrá una habitación,
todas
con TV , pero no todas igual de grandes.
En
el recibidor, en vez de TV, habrá montones y montones de libros
fantásticos.
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